lunes, 27 de abril de 2020

Etica 2° Semana 2

 

SEMANA DE APLICACIÓN:
COLEGIO 

CALENDARIO
  A
AÑO LECTIVO 
2020
GRADO 
PERIODO
I
DOCENTE 


ESTANDAR
Terminado el año escolar la población estudiantil estará en capacidad de reconocer, cuidar y amar su propio cuerpo visualizado en su presentación personal y el trato con los demás
COMPONENTE
La Persona y el desarrollo sostenible.

INDICADOR DE DESEMPEÑO
De conocimiento: Reconozco la importancia de una buena alimentación como una forma de beneficiar mi cuerpo y mi salud.
De desempeño: Construyo mi propia imagen corporal.
METODOLOGÍA/ SECUENCIA DIDÁCTICA
  1. Unidad didáctica
Unidad 1
  • ¿Cómo manejo mi sencillez y respeto a los demás con mi propio ser?
  1. Propósito
Queridos estudiantes… El propósito de esta guía es conocer y aprender sobre la sencillez para ser mejor persona.
  1. Desarrollo cognitivo instruccional 
La Sencillez es  la capacidad que tiene un ser humano de conservar sus cualidades de Humildad, Empatía, Respeto, Receptividad y Solidaridad, a pesar de su estatus social, intelectual o de los golpes de suerte que haya tenido en la vida.
 Una persona sencilla a pesar de los ascensos profesionales, sociales o económicos que logre en su vida personal no olvidará el hecho de que sus semejantes son seres humanos, que merecen Respeto y que tienen un valor como individuos.
  1. Desarrollo metodológico:
Leer detenidamente el cuento:
El regalo mágico del conejito pobre

Hubo una vez en un lugar una época de muchísima sequía y hambre para los animales. Un conejito muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas. "Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en darles buen uso.
Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no podía caminar. "Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargó, recordó como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dio a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejito siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la ovejita la necesitaba más que él. Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo cojo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dio a él.

En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejito ¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿Qué es lo que has hecho con ellas? El conejito se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago le cortó diciendo ¿No te dije que si las usabas bien serían más mágicas? ¡Pues sal fuera y mira lo que has hecho!
Y el conejito salió temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas, ¡¡todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja llena de agua y comida para todos los animales!!
Y el conejito se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magia de su generosidad hubiera devuelto la alegría a todos.